martes, 28 de abril de 2009

Incómoda

Ya casi estamos en el día que debía de viajar para verlo y pasa esta contrariedad, nada que esté en mis manos solucionar y que veo provocará el aplazamiento del viaje programado.

Me siento triste, desilusionada, frustrada...

La fecha quedaba de lo mejor, todo estaba tan bien ajustado, por primera vez creo que no tenía ninguna complicación, ni prisas de última hora, ni nada y ahora esto...

Todo estaba tan bien, todo iba tan bien... Que molesta me siento, que triste me siento, que desmotivada me he puesto...

Me siento como chiquilla malcriada que la han dejado castigada sin razón...

¿Cuando se acomodarán las cosas así de bien como ahora? Creo que será muy dificil, muy dificil...

Que triste, pero que triste me siento hoy.

monique[V]

jueves, 9 de abril de 2009

Pensar Demasiado

Algo que pasa sin irnos dando cuenta realmente es la tendencia a suponer, deducir, presumir y de ahí a asumir.

Todo esto bajo la creencia de que conocemos el “todo” de la persona con la que estamos compartiendo un lapso de tiempo, cuando en realidad hacer todo esto es consecuencia de pensar demasiado.

Nadie es adivino, y estamos tan mal acostumbrados o educados con respecto a no decir las cosas directamente y nos inclinamos en el campo de los supuestos, de las deducciones y asumimos cosas que podrían estar en lo correcto pero las más de las veces no lo son.

La mejor manera es hablar directo y con la verdad. Sin vueltas ni recovecos, pero… porque siempre hay un pero en todo, si uno habla con honestidad el otro debería entender tal honestidad.

La tendencia a llenar de adjetivos las acciones también es un obstáculo.

Mientras mas directa es la comunicación, es más efectiva.

Si la pregunta es ¿Tienes hambre? La respuesta debe ser sincera y honesta. Nada de “diré que si porque seguro que El tiene hambre” o “diré que no porque seguro creerá que soy una glotona”

Ese pensar por los demás, creer tener ese don crea mas separaciones que lazos.

“¿Estas caliente?”, “si digo que si dirá que soy una guarra, si digo que no dirá que soy una frígida”.

Pensar demasiado, pensamos tanto que nos perdemos en los pensamientos y después de que hemos elaborado una historia basadas en supuestas respuestas, resulta que nos sentimos lastimadas porque ninguna de nuestras elucubraciones fueron acertadas.

Imaginemos la continuación del ejemplo anterior.

-¿Estas caliente?

-Si

Silencio.

-¿Por qué la pregunta?

-Simple curiosidad.

Entonces nos da un ataque de “ya no le gusto, esa no era la respuesta, así no debí responder, etc.”

Entramos en angustia y de repente sale una palabra (o cualquiera)

-Perdón Mi Amo.

-¿De qué?

-De no responder correctamente.

-Estás loca, ¿De que hablas?

Pensar demasiado, esa tendencia que tenemos a pensar demasiado, a querer explicarnos solas las cosas, a no entablar una comunicación, a darle a las palabras mas de un significado, mientras mas pensamos, mas dudas nos surgen y mas difícil se hace todo.

Si desde el inicio ambos hablan con honestidad, y sin la intensión de lastimar, otro gallo nos cantaría.

Ahora sobre la manera de ser honesto, de eso hablaré después.

monique[V]

jueves, 2 de abril de 2009

La Vocación de Servicio.

Existen personas con vocación de servicio, son aquellas al que ayudar a alguien o en algo, es un acto instintivo prácticamente, lo hacen sin pensar, son las personas que si te ven cargando bolsas se ofrecerán para ayudarte, si tienes trabajo atrasado, tomarán parte de ese trabajo para terminarlo, las que ayudan a cruzar la calle… Esa es una vocación de servicio y lo hacen por el simple placer de servir, o porque para ellos es “normal como respirar” o porque “eso es lo correcto”.

La vocación de servicio es muy diferente a la necesidad de dar, ¿Por qué? Porque la vocación de servicio su satisfactor es prestar o brindar ayuda, cooperación, empatía y ahí se termina el asunto; es servir a quién acepte sus servicios.

En cambio la necesidad de dar requiere ofrecer la ayuda, cooperación, acción, etc., y SABER, SENTIR, CONOCER que lo que se da es bien recibido por alguien en especial.

Por lo tanto una persona con vocación de servicio podría parecer una excelente esclava, pero no lo es en función del satisfactor del dominante, sino porque no lo hace por complacer, sino por servir.

Una esclava da para complacer a Su Amo, no solo por servir.

El satisfactor es diferente entre unas y otras aunque la acción sea la misma.

La atención y la intensión en el caso de una esclava está centrada específicamente en Su Amo, no en la generalidad del mundo.

Y si, una esclava puede ser una excelente compañera de trabajo, participar en campañas altruistas porque también tiene una vocación de servicio, o puede ser la mas huraña y tirana pero su necesidad de dar solo se verá satisfecha en sentir a Su Amo complacido.

Usando un ejemplo:
La vocación de servicio es un rio que lleva el agua a todos en su recorrido. No importa si la usan o la dejan pasar.

La necesidad de dar es un recipiente con agua que espera ser vertido en un vaso específico. Si el vaso no está ahí, cualquier gota que caiga del recipiente es un desperdicio.

monique[V]