domingo, 10 de mayo de 2009

Nuevo Día

Desperté remolona, tras la resaca que me deja un llanto que casi siempre suele ser inútil, y digo inútil porque no tiene sentido a la vista de nadie llorar por tener ganas de llorar.

Sólo alguien que disfrute como yo de sentirme así de vez en cuando, podrá entender porque de repente tengo esas fases “lloriqueantes”.

A veces no me da por llorar, a veces ando peleada con el mundo, que si el café, que si la señora de enfrente… Lo que sea es buen pretexto para pelear.

Pero así soy, con mis altibajos, con mis extremos, con mis días hormonosos, mañana… Mañana no se bien como amaneceré pero en cada día hay una constante, algo que no cambia, esté como esté y aunque sea difícil de creer:

La admiración, el respeto y el cariño que Mi Amo me provoca.

Día a día soy y estoy por El y para El.

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